Coaching deportivo: entrenamiento mental en el deporte
Coaching deportivo es un proceso de entrenamiento y aprendizaje a través del cual los protagonistas del mundo del deporte: deportistas, entrenadores, árbitros, jueces, responsables de clubes y federaciones, padres de deportistas, representantes y agentes, hacen emerger sus propias habilidades, descubriéndose a sí mismos de una forma integral y obteniendo sus propias respuestas para superar cualesquiera limitaciones, con el foco puesto en sus propios objetivos, personales y deportivos, en el que cuentan con la ayuda del coach que pondrá a su servicio la técnica del coaching, a través de preguntas poderosas realizadas con la inocencia de un niño, sin dar por sentada ninguna respuesta, sin juicios, valoraciones, ni opiniones previas.
Algunos ejemplos de retos que se suelen trabajar en el coaching deportivo son la motivación, el compromiso y la implicación en los objetivos, pero hacer una lista de ellos sería tan extenso como personas y casos puedan haber. Cada persona es distinta y única, en su complejidad y en su sencillez.
Deportistas, o entrenadores, deben incluir el trabajo mental para conseguir un resultado óptimo en su desempeño.
El deportista entrena la técnica del deporte de su especialización, desde aspectos puramente físicos a conceptos de táctica o estrategia, pero para conseguir un resultado óptimo debe trabajar en la misma línea tanto su cerebro, como su mente.
¿Qué diferencias hay entre cerebro y mente?. El cerebro es un órgano biológico compuesto por millones de neuronas; es, de facto, el procesador del complejo sistema que es nuestro cuerpo, pero es algo físico, ubicado en nuestra cabeza, con una forma y peso determinados, que se puede ver y tocar. La mente es algo inmaterial, no tiene peso, ni forma, pero tiene la capacidad de pensar, de razonar, de ordenar ideas, de crear relaciones y de concebir cosas; es la responsable de nuestra creatividad, de la imaginación, de nuestras propias percepciones, de las emociones … de la voluntad y del propósito, y éstos son campos sensibles a trabajar desde el coaching, es ahí desde donde se consigue aportar valor a los protagonistas del deporte con la herramienta del coaching deportivo.
¿Cuál sería el esquema de un proceso de coaching deportivo?. El protagonista, como en todos los procesos de coaching, es el coachee, que es quien enuncia hacia dónde quiere ir, como objetivo.
El coach irá facilitando el clima necesario para que afloren los recursos del coachee y su propio talento, emergiendo del trabajo de ambos un plan de acción que facilite que el rendimiento de éste crezca, con compromiso y fuera de su propia zona de confort.
Toma de conciencia: ¿qué cosas habría que hacer de diferente manera para conseguir resultados extraordinarios?.
La conciencia del coachee en su propia capacidad, la disposición al aprendizaje y al entrenamiento, la motivación y la focalización en su objetivo serán hitos que se irán recorriendo, y testeando, durante el proceso, en el cual el deportista dejará paso a la persona que es, a la manera como se relaciona con las personas con las que interactúa y a sus reacciones con las cosas que suceden en el mundo a su alrededor.
El coaching deportivo tiene como principal objetivo establecer un plan estratégico de retos y metas, pero partiendo de la toma de conciencia de la situación en el momento de inicio, a partir de ahí el desarrollo de la propia responsabilidad, el compromiso, la motivación, una adecuada autoestima, el desarrollo del talento e identificar los aprendizajes necesarios, serán items imprescindibles en el éxito del proceso de coaching deportivo.
Cuatro fases identifican las etapas de un proceso de coaching deportivo, en primer lugar la “Toma de conciencia” de la situación actual y la legitimación de lo que nos separa del objetivo, lo cual servirá para plantear preguntas como ¿qué cosas habría que hacer de diferente manera para conseguir las metas enunciadas?.
La segunda fase sería “Querer”, como expresión máxima del compromiso y de la voluntad de cambio del deportista, testeando por parte del coach las posibles creencias que pudiera limitar, o condicionar, esta fase.
La tercera fase es “Saber” y tiene que ver con la identificación de los aprendizajes necesarios para alcanzar el objetivo. En esta fase el uso de técnicas como las visualizaciones serán muy útiles para alcanzar el objetivo del deportista.
“…si fracasas en prepararte, estás preparado para fracasar” (Mark Spitz) …evítalo y recuerda: ¡prepárate!.
Y la cuarta fase es “Actuar”, expresión máxima de lo que supone el coaching: puesta en acción. Para llegar a este punto hay que saber continuar con el objetivo en mente, sustanciando el deseo que mueve al deportista persiguiendo su objetivo.
El deporte ya sea en “alto rendimiento”, en “competición amateur” o, incluso, en “ocio”, exige una preparación, desde luego física, así como técnica y táctica, pero la mente también debe estar adecuadamente preparada para su práctica, y en ello el “coaching deportivo” es una excelente herramienta para todos los protagonistas del mundo del deporte, desde deportistas a árbitros y jueces, desde dirigentes de clubes y federaciones a padres de deportistas, desde entrenadores a representantes y agentes.
El deporte exige entrenamiento, tu cuerpo y tu mente deben estar preparados, no olvidemos la célebre cita del siete veces campeón olímpico Mark Spitz: “…si fracasas en prepararte, estás preparado para fracasar” …evítalo y recuerda: ¡prepárate!.
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