Una de las mayores contribuciones de los entrenadores en alto rendimiento deportivo en los últimos tiempos tiene que ver con la gestión del descanso dentro de las programaciones de entrenamiento para sus atletas, entendiendo que las rutinas programadas tienen que tener el foco en el para qué, visualizando la temporalidad de las citas importantes que sus deportistas tengan en su agenda. Entrenar siempre igual no lleva a ningún lugar, excepto al cansancio acumulado, la saturación y al retroceso en las prestaciones.
Imaginemos un atleta olímpico en la actualidad, cuando hace pocas semanas que finalizaron los JJ.OO. de Tokyo, que tenga como objetivo la Olimpiada París 2024, a tres años vista. Para la correcta planificación tendrá que manejar los conceptos de macrociclo, microciclo y mesociclo.
“La parte mas importante de la recuperación deportiva es el descanso”
El macrociclo es el concepto que hace referencia al diseño de la carga, y al plan general de entrenamiento a largo plazo, y el ciclo olímpico sería un ejemplo más que adecuado.
El microciclo son las unidades temporales de menor duración de entrenamiento y pueden incluir periodos de una a cuatro semanas con un objetivo determinado, por ejemplo los de inicio de temporada deportiva, también conocidas como pretemporada, donde lo que se persigue es la optimización física por encima de otros conceptos como la táctica o la estrategia.
“El arte del descanso es una parte del arte de trabajar” (John Steinbeck)
Pero la planificación, con su componente de diseño de la carga de esfuerzo, adquiere su verdadera importancia en el diseño de los mesociclos, periodos que pueden extenderse hasta 12 semanas de duración, los cuales tendrán relación con las puntas de rendimiento que se busquen, bien por determinadas competiciones o por lo momentos en los que se busque un óptimo desempeño, siendo conscientes que esos momentos no se podrán mantener durante todo el año o temporada.
Un macrociclo incluirá varios mesociclos, y cada uno de éstos diversos microciclos, y entre cada uno de ellos será necesario prever los adecuados tiempos de descanso y pausa, comprendiendo que estos tiempos son esenciales, entre otras cosas, para dar la oportunidad al físico de cada atleta, o deportista, de que se recupere, permitiendo a los músculos desarrollarse y crecer.
SI todo lo descrito anteriormente, de forma sucinta, es lo que ocurre para alcanzar la mejor prestación deportiva relacionado con las posibilidades físicas del cuerpo humano, igual sucede con el rendimiento intelectual o mental.
“El descanso pertenece al trabajo, como los párpados a los ojos” (Rabindranath Tagore)
Aunque no seamos atletas, necesitamos parar, pausar y recuperarnos. El descanso es esencial para nuestro organismo y nuestra mente. En los momentos de reposo aparente, o en tareas de poca exigencia, el cerebro es capaz de generar grandes ideas.
Tras casi dos años de pandemia, el teletrabajo se ha impuesto como forma de vivir, invadiendo nuestro espacio personal, familiar y privado con una permanencia profesional que supera, con mucho exceso, los habituales horarios laborales presenciales en empresas, despachos y oficinas, limitando al mínimo los momentos de esparcimiento personal, hasta el extremo de que el día a día de miles de seres humanos se limite a la actividad laboral junto a los compromisos domésticos y familiares, hasta poder decir que el Coronavirus Covid-19 nos ha robado la pausa o, al menos, el tiempo para nosotros mismos, para cada uno de nosotros en nuestra individualidad por encima de cualquier otro compromiso.
“No considero libre a quien no tiene algunas veces sus ratos de ocio” (Cicerón)
Tener una pantalla permanentemente abierta en algún lugar de nuestro hogar, limita la capacidad de frontera entre la vida personal, la familiar y la profesional. Se hace absolutamente necesario incorporar espacios propios diferenciados y un tiempo para cada cosa.
Los agricultores conocen bien que cada determinado periodo de tiempo es necesario no volver a plantar en el mismo campo que soporta sus siembras, y que un año de lo que se conoce como barbecho, beneficia a las próximas cosechas, gracias al efecto regenerativo de ese tiempo de descanso.
Una prueba evidente de la necesidad de descanso de nuestro organismo, es que cuando no estamos desarrollando ninguna labor concreta, sino solamente descansando, el cerebro está, al menos, trabajando al 60% de su capacidad, en lo que se conoce como ‘activación cerebral en estado de reposo’ lo cual acelera los procesos relativos a la creatividad.
La pausa, el descanso y la necesaria recuperación de nuestros esfuerzos son lo que alimentarán la capacidad de alcanzar nuestros futuros retos.
Parece una obviedad pero un número excesivo de personas parece olvidar que el descanso es necesario para nuestros cuerpos y nuestros cerebros. Cada día tiene 24 horas, todas las semanas están compuestas de siete días, hay meses de 31 días, otros de 30 y febrero siempre juega a caballo en su duración entre 29 y 28. En cada uno de esos periodos debe haber tiempo para nuestros compromisos, para nuestro trabajo, para nuestras obligaciones domésticas, pero también para nosotros mismos, para aquellos actividades que nos relajen e incluso para dejarnos ir si ello responde a nuestra elección de forma consciente y activa.
La pausa, el descanso y la necesaria recuperación de nuestros esfuerzos son lo que alimentarán la capacidad de alcanzar nuestros retos futuros. Solo descansado alcanzarás tu mejor versión, no lo olvides.
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